martes, 29 de noviembre de 2016

Prevención de los defectos refractivos en los estudiantes - Visión Infantil


Los ojos de nuestros hijos trabajan a pleno rendimiento a lo largo de toda la jornada y, sobre todo, durante el curso escolar



Para que nuestros hijos puedan afrontar sus estudios, tareas y juegos en las mejores condiciones visuales posibles y el aprendizaje sea mejor, hay que estar atentos a cómo evolucionan desde las primeras semanas del año escolar.

Como norma general, debemos llevarles al óptico optometrista, para que les haga una completa revisión de la visión al menos una vez al año. 

En caso de que experimenten alguna disfunción visual o den señales de que no ven bien, ¿qué debemos hacer?. Contar siempre con el óptico optometrista para encontrar la mejor solución a los trastornos visuales que nuestros hijos presenten.





Algunos signos de un posible defecto visual pueden ser:

  • El niño escribe mal o invierte las letras.
  • Tuerce un ojo.
  • Retraso escolar.
  • Le cuesta coger pequeños objetos próximos, como un lápiz, un juguete pequeño.
  • Frunce el ceño, guiña los ojos o gira la cabeza y el cuello para mirar de lejos o de cerca.
  • Se le irritan los ojos cuando lee, le escuecen y se restriega los ojos con frecuencia.
  • Se queja con frecuencia de dolores de cabeza.
  • A menudo confunde la izquierda con la derecha.
  • Tropieza con facilidad, consecuencia de déficit en la sensación de profundidad.
  • Una mala postura del cuerpo o la cabeza.
  • Ojo ambliope (ojo vago).



Los problemas visuales que nos podemos encontrar pueden ser motivados por un deficiente funcionamiento del sistema óptico. Como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, que se pueden tratar con gafas o lentes de contacto. 


Otros problemas visuales no bastan con estos tratamientos, por lo que es necesario buscar otras opciones ,entre las que se encuentra la terapia visual funcional y comportamental.  







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sábado, 19 de noviembre de 2016

El Juguete: su utilidad en la Terapia Visual funcional y Comportamental.



Compañeros inseparables de la infancia, los juguetes son algo más que objetos con los que los niños pasan el rato y se divierten. 



 Desde que son recién nacidos, están presentes en sus vidas, algo bueno y necesario para su desarrollo físico y psíquico. En concreto los especialistas indican que los juguetes favorecen el desarrollo de cuatro capacidades: psicomotricidad, afectividad, sociabilidad, inteligencia.
En cuanto a lo que se refiere a los sentidos, los juguetes con música estimulan su oído, los que tienen varias texturas el tacto, y sus diferentes colores potencian la visión. 

 Es importante que según vaya creciendo, se adapten los juguetes a su edad y a su grado de madurez.

  • De 1 a 3 meses, deben de estar orientados a su estímulo visual y auditivo, como son los muñecos de trapo, un carrusel musical, con colores que llamen la atención al pequeño.
  • De 3 a 6 meses: ya comienza a desarrollar la coordinación ojo mano, mientras que es a partir de los seis meses cuando empieza a tener visión binocular y ver los colores. Por tanto, ya puede controlar la dirección de su mirada y manos para empujar e incluso coger objetos. Es por tanto el momento de empezar a jugar con cubos que se apilan o empujar cochecitos.
  • De 6 a 12 meses: es posible que el pequeño gatee, por lo que necesita y quiere moverse, buscar sus juguetes, e irá detrás de ellos. Por eso comenzará a divertirse por ejemplo con una pelota de colorines. También empezará a reconocer las figuras geométricas, por lo que le gustará los juegos en los que debe hacer coincidir un espacio con la forma de la pieza.
  • Hasta los 3 años: es un período perfecto para que comience a adentrarse en el mundo de los libros, porque empezará a reconocer dibujos, los animales que aparecen en ellos, los desplegables… Potencia su capacidad señalándole objetos, juguetes, animales, etcétera.
  • A partir de los 3 años: nos indicará sus preferencias para divertirse, pero hay que intentar compartir con él esos momentos para poder detectar si tienen algún problema en la visión. Es una edad perfecta para saber si identifica bien los colores, si sus dos ojos trabajan bien y coordinados, si su visión es normal o si tiene su campo visual limitado.

 El óptico optometrista tiene un gran papel en la detección, prevención y tratamiento de los problemas visuales en estas edades, mediante gafas, lentes de contacto o si es un problema solo funcional, realizar terapia visual funcional y comportamental para agudizar la función oculomotora, la coordinación ojo mano, necesaria para la escritura, los deportes o el dibujo, las habilidades para discriminar el tamaño y la forma, imprescindibles en la lectura, y las destrezas de memoria visual y visualización, implicadas en la comprensión de la lectura.






 Los juguetes tienen una función más aparte de la diversión del niño, sirven como terapia visual favoreciendo el desarrollo de la visión en sus primeros años de vida.








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jueves, 10 de noviembre de 2016

¿Que hace un optometrista comportamental?



 La optometría es la ciencia visual que estudia, diagnóstica y trata de modo global los problemas funcionales de la visión.

 La visión de nuestros antepasados la utilizaban principalmente para ver de lejos y poder reconocer la caza y los peligros. Actualmente el modo de vida ha cambiado tanto desde esta situación, que poco a poco el hombre se ha visto forzado a realizar tareas visuales muy diferentes, la mayoría de cerca y durante un tiempo prolongado. 


Hoy en día los estudiantes leen casi tres veces más libros de texto que lo hicieron sus abuelos. Esto ha provocado  un estrés importante en el sistema visual, generando una gran cantidad de síntomas y problemas visuales.



 Aunque no somos conscientes, una gran parte de la información que recibimos del mundo que nos rodea nos llega a través del sistema visual.
Los optometristas comportamentales, evalúan,diagnostican y tratan el sistema visual como parte integrante del organismo, diseñando un programa de terapia visual personalizado, teniendo en cuenta tanto los aspectos funcionales como el desarrollo de la visión. 


La terapia visual es recomendable para cualquier persona. 
Esta especialmente indicada en:

- Niños de todas las edades, en especial cuando comienzan el colegio.
- Niños con problemas de lectura, escritura y aprendizaje. 
- Niños con problemas de coordinación en los deportes con demandas visuales,
- Cualquiera persona que trabaje con ordenadores muchas horas.
- Cualquier persona con síntomas de fatiga visual.
- Cualquiera persona que tenga un trabajo con una demanda visual intensa.
- Niños con bajo rendimiento escolar. 


Tanto  adultos como niños pueden recibir ayuda para desarrollar las habilidades visuales necesarias para conseguir un buen rendimiento académico, profesional o deportivo.
Incluso también se puede mejorar las habilidades visuales de personas que tienen buen rendimiento, consiguiendo un mayor éxito en sus estudios, en el trabajo o en las actividades deportivas.






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